9 de diciembre de 2007

Manifestantes contrarrestan el ataque mediático de Murdered by Mumia y exigen: ¡Libertad inmediata a Mumia Abu-Jamal!

El siguiente comunicado de prensa fue emitido por el Partisan Defense Committee [Comité de Defensa Clasista] el 9 de diciembre de 2007.

Consignas de “¡Mumia es inocente! ¡Libérenlo ya!” resonaron fuera de los estudios de la NBC en Nueva York el 6 de diciembre, mientras Maureen Faulkner y el locutor de radio derechista Michael Smerconish aparecían en el programa Today con Matt Lauer para promover su libro, Murdered by Mumia [Asesinado por Mumia]. El libro retoma las mentiras de la policía y la fiscalía usadas para condenar falsamente a Mumia Abu-Jamal por el asesinato del oficial de policía de Filadelfia Daniel Faulkner el 9 de diciembre de 1981. Ante la inminencia de la decisión del Tribunal de Apelaciones del Tercer Circuito sobre el caso de Mumia, el libro deja claro su propósito al plantear de frente y al centro el llamado para ejecutar a este hombre inocente.

La International Concerned Family and Friends of Mumia Abu-Jamal [Grupo Internacional de Familiares y Amigos Preocupados por Mumia], los Journalists for Mumia [Periodistas por Mumia] y los Educators for Mumia [Educadores por Mumia] lanzaron una campaña que llamaba por que el programa Today permitiera a los simpatizantes de Mumia contrarrestar a Faulkner y a Smerconish. Tras la protesta del 6 de diciembre, llamada por la Free Mumia Abu-Jamal Coalition (NYC) [Coalición para Liberar a Mumia Abu-Jamal], Rachel Wolkenstein, abogada del Partisan Defense Committee, señaló, “Lo que fue claro en el programa Today y en las calles el día de hoy es que existen dos lados claramente definidos: los que luchan por la libertad de Mumia basándose en su inocencia y las fuerzas de ‘la ley y el orden’ racistas dirigidas por la Orden Fraternal de la Policía que buscan su ejecución.”

Wolkenstein, que trabajó en el equipo legal de Mumia de 1995 a 1999, continuó: “Éste es el caso de un embuste racista y político. Alrededor de 900 páginas de los archivos del FBI/COINTELPRO muestran que Mumia fue un blanco del FBI y de los policías de Filadelfia desde los tiempos en que era un portavoz del Partido Pantera Negra a los 15 años. Además, fue un blanco cuando se volvió simpatizante de MOVE y un periodista ampliamente conocido como la ‘voz de los sin voz’.”

Sin ahorrarse falsedades para tratar de allanar el camino para el linchamiento legal de Mumia, Maureen Faulkner, la viuda de Daniel, y Michael Smerconish pintan un retrato maliciosamente mentiroso de MOVE, un grupo comunal tipo “regreso a la naturaleza” que Mumia apoya, como un montón de asesinos “sin ley” y “peligrosos”. El clímax de una campaña de varios años de terror estatal en contra de MOVE fue el bombardeo de su hogar en la Avenida Osage en mayo de 1985, lo cual mató a once personas, incluyendo cinco niños, y destruyó por completo un vecindario negro. Los autores de Murdered by Mumia pintan obscenamente a MOVE como responsable de este masivo asesinato racista, que la policía del alcalde demócrata negro Wilson Goode llevó a cabo con la ayuda y la instigación de agentes federales.

Buscando intimidar a cualquiera que tome la causa de Mumia, el libro incluye un ataque frontal en contra del Partisan Defense Committee, que se solidarizó con MOVE y ha luchado durante 20 años por la libertad de Mumia. Faulkner y Smerconish inclusive atacan a Stuart Taylor, un comentarista legal conservador que cuestionó la justeza del juicio de Mumia de 1982 presidido por el “juez de la horca” Albert Sabo. Sabo, que también presidió las apelaciones posteriores a la condena (PCRA) de Mumia, fue escuchado por un estenógrafo en los tiempos del juicio diciendo, “Les voy a ayudar a freír al n----r [epíteto racista en inglés remanente de la esclavitud]”.

Smerconish y Faulkner no se andan con rodeos sobre la naturaleza política del embuste, y repiten la línea de la fiscalía de que la membresía de Mumia como pantera comprobaba que había estado planeando asesinar a un policía por años. Como Erica Williamson del PDC señaló, “Los racistas gobernantes capitalistas quieren ver muerto a Mumia porque ven en él el espectro de la revuelta negra. La lucha por liberar a Mumia es un foco clave para la lucha por abolir la racista pena de muerte, un legado de la esclavitud.”

Rachel Wolkenstein comentó, “Al ser escrito como una memoria, este libro evade tener que refutar las pruebas masivas de la inocencia de Mumia que se desenterraron en los años posteriores a su juicio. De hecho, estas pruebas son irrefutables.” El juicio original de Mumia estuvo marcado por una selección racista del jurado, intimidación rampante a testigos por policías y la fiscalía, el ocultamiento de pruebas de su inocencia y la fabricación de “pruebas” falsas de balística y de otros tipos que supuestamente prueban la culpabilidad de Mumia. Luego en 1999, Arnold Beverly se hizo presente con una declaración jurada que señala que él, y no Mumia, disparó y mató al oficial Faulkner (ir a http://www.partisandefense.org/pubs/​innocent/ab.html). Para aquellos que basan sus protestas en el llamado por un nuevo juicio para Mumia, Wolkenstein declaró, “¿Qué es lo que hay que enjuiciar de nuevo en este caso? Mumia jamás debió haber pasado ni un día en prisión. ¡Debe haber protestas masivas que demanden que este hombre inocente sea liberado inmediatamente!”

Beverly sostuvo en su declaración jurada que él y otro hombre fueron contratados para matar a Faulkner, quien era un problema para la mafia y los policías corruptos porque interfería con la corrupción y los sobornos por prostitución, apuestas y drogas. Al tiempo del asesinato de Faulkner en el área de Center City, el Departamento de Policía de Filadelfia estaba bajo al menos tres investigaciones federales por corrupción que involucraban lazos entre la policía y la mafia. Un tercio de los policías del caso de Mumia estaban implicados en cargos de corrupción. Wolkenstein señaló, “Esto subraya que los policías eran insistentes respecto a la muerte de Mumia no sólo porque él había sido una voz abierta por la liberación negra, sino porque así podían enterrar la evidencia de sus propias transgresiones.” Señaló también que “Murdered by Mumia no incluye ni una sola palabra acerca de estas investigaciones”.

Entre los que escribieron al programa Today para exigir que se presentara un verdadero relato de este caso estaba Veronica Jones, una de los testigos intimidados por la policía (http://i117.photobucket.com/albums/o59/jaysyro/JPGVJONES.jpg). Jones testificó en una audiencia de PCRA en 1996 que la policía la había coaccionado para mentir en el juicio de 1982, cuando negó haber visto a alguien correr de la escena. Esa persona no pudo haber sido Mumia, que se encontraba sentado en el borde de una banqueta sangrando profusamente tras haber recibido disparos de la policía. El fiscal de distrito arrestó a Jones mientras estaba en el banquillo de los testigos en 1996, llevándosela esposada con base en una orden por un hurto menor de varios años atrás.

Jones señaló la “intimidación, amenazas y maltratos que he sufrido desde diciembre de 1981”, y escribió: “Si no hubiera validez o preguntas que asoman respecto a la inocencia del Sr. Jamal, entonces por favor explíquenme ¿por qué tanto esfuerzo ejercido para públicamente tratar de desacreditarme y humillarme?” Para cerrar dijo, “Conocí al oficial Faulkner y pensaba que era una buena persona --conmigo--. Me ayudó y cuidó varias veces. Habiendo dicho esto, no tenía razón alguna para proteger a un hombre acusado de asesinarlo --un hombre que ni siquiera conozco; ese hombre es Mumia Abu-Jamal--.”

En una declaración jurada de 2001 entregada a los tribunales estatal y federal, Wolkenstein mostró que no había prueba alguna de que la pistola de Mumia hubiera sido disparada esa noche. La ausencia de melladuras de bala en la banqueta contradice la historia de los policías de que Mumia disparó repetidamente mientras estuvo parado encima de Faulkner, mientras que las trayectorias de bala indican que había más de un tirador (ver el folleto del Partisan Defense Committee, The Fight to Free Mumia Abu-Jamal—Mumia Is Innocent! [La lucha para liberar a Mumia Abu-Jamal: ¡Mumia es inocente!] en el vínculo http://www.partisandefense.org/pubs/​innocent/rw.html).

Fotografías del periodista independiente Pedro Polakoff, recientemente dadas a conocer por Michael Schiffmann, refutan aún más el escenario de los policías (http://www.abu-jamal-news.com/). Además de mostrar la ausencia de melladuras de bala, las fotos confirman que un taxista que testificó en contra de Mumia no estaba donde los policías y fiscales afirmaban. También se percibe claramente a la policía tocando las pistolas y otra evidencia con el fin de acusar de asesinato a Mumia. Se mostraron las fotos de Polakoff en una conferencia de prensa el 4 de diciembre en Filadelfia a la que Reuters dio cobertura. Matt Lauer mostró algunas de éstas al cuestionar a Faulkner, haciendo enfurecer a Smerconish.

El día siguiente, Faulkner apareció en Hardball de MSNBC, teniendo como anfitrión al antiguo escritor de discursos del Partido Demócrata, Chris Matthews, quien ni siquiera dio la apariencia de imparcialidad. Matthews retomó la afirmación de que “por 26 años” ni Mumia ni su hermano Billy Cook, que estuvo en el lugar de los hechos esa noche, dieron jamás un relato de lo que vieron. De hecho, tanto Mumia como su hermano dieron declaraciones juradas; como con la confesión de Beverly, los tribunales estatales y federales han hecho caso omiso de ellas consistentemente. Mumia declaró en 2001, “No le disparé al oficial de policía Daniel Faulkner. No tuve nada que ver con el asesinato del oficial Faulkner. Soy inocente.” Su declaración describe como él salió corriendo de su taxi estacionado en el área de Center City después de que escuchó disparos, vio a otras personas correr y reconoció a su hermano tambaleante en la calle. “Ví a un policía uniformado voltearse hacia mí con pistola en mano, ví un destello y caí de rodillas” (http://www.partisandefense.org/pubs/innocent/maj.html). A Mumia no sólo se le disparó sino que fue golpeado por policías que lo querían ver muerto.

Billy Cook ofreció declaraciones juradas en 1999 y 2001 de que “Mumia Abu-Jamal no disparó al oficial Faulkner y yo no disparé al oficial Faulkner” (http://www.partisandefense.org/pubs/​innocent/wc.html). Cook declaró que Kenneth Freeman, un pasajero en el VW de Cook, le dijo después del tiroteo que había habido un plan para matar a Faulkner y que Freeman era parte de ese plan.

Maureen Faulkner también apareció en el noticiero de Fox The O’Reilly Factor el 6 de diciembre. Aunque admitía que no tenía idea de lo que había sucedido la noche del tiroteo, O’Reilly opinó que Mumia debía de ser culpable porque su incriminación se había sostenido en los tribunales, y declaró, “Tengo que tomar lado con el sistema.” Gene Herson, coordinador obrero del PDC, respondió, “No existe justicia en este sistema para gente como Mumia, para luchadores por la liberación negra, para militantes obreros, para oponentes del sistema capitalista y sus partidos Demócrata y Republicano. Lo muestra el hecho de que se sostuvieron la condena y la sentencia de muerte en un tribunal tras otro, a pesar de las abrumadoras pruebas de su inocencia.”

Herson enfatizó la necesidad de movilizar el poder social del movimiento obrero, junto con todos los luchadores en contra de la injusticia racista, tras la causa de Mumia: “La única presión que tendrá un impacto en los gobernantes capitalistas y sus tribunales es el miedo a las consecuencias de ejecutar a Mumia o sepultarlo de por vida. Fue necesaria una campaña internacional de protestas masivas, que de manera crucial incluyó a trabajadores sindicalizados, para detener la mano del verdugo cuando pendía sobre Mumia una orden de ejecución en 1995.” Herson hizo notar el llamado del PDC y otras organizaciones para protestas de emergencia un día después en caso de una decisión negativa del Tercer Circuito y para una protesta nacional planeada en Filadelfia el tercer sábado después (http://www.partisandefense.org/events/​index.html). Enfatizó, “Estas protestas deben servir como un trampolín para reavivar las protestas de masas tras el llamado: ¡Mumia es inocente --libérenlo ya--! ¡Abolir la racista pena de muerte!”

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            El PDC es una organización de defensa legal y social, clasista y no sectaria, que defiende casos y causas en el interés de todos los trabajadores. Tal propósito está de acuerdo con el programa político de la Spartacist League.

 

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